OSTEOPATÍA

Juan Yubero Osteópata

Esta consulta surge en el año 2004 como resultado de un camino marcado por dos inquietudes, una ligada a la pasión por la terapia manual y otra unida al deseo de profundizar en el conocimiento médico y humano.

Después de la formación en Fisioterapia, la Osteopatía se vuelve el eje del contacto con el paciente, aportando una perspectiva y un entendimiento más amplio y global de los problemas de salud que afectan al ser humano.

La Osteopatía o Medicina Osteopática nace en Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XIX como una medicina complementaria y esencialmente manual que busca mejorar la salud desde una visión del ser humano como una globalidad y no como la suma de múltiples partes o sistemas. Partiendo de esa premisa hace énfasis en favorecer los procesos de autocuración y autorregulación del organismo mediante la corrección de los desajustes de tensión y movilidad de los tejidos en disfunción. El secreto de sus excelentes resultados reside en que no centra su atención en tratar sólo los síntomas del paciente sino sus orígenes o causas (interrelación entre distintos sistemas y estructuras del organismo), permitiendo así que la mejoría sea estable y duradera en el tiempo.

La Osteopatía trata principalmente los problemas o trastornos funcionales de los tejidos, ya sean estos de tipo muscular, osteoarticular o visceral. Estas disfunciones se caracterizan por una alteración en la función o comportamiento de los tejidos, mostrando una movilidad, una tensión o unas propiedades anómalas a la palpación. La Osteopatía requiere un conocimiento científico profundo de la Anatomía y la Fisiología, tiene una metodología diagnóstica y terapéutica propias, y unos límites claros. No pretende ni puede tratarlo todo, ni sustituir los tratamientos médicos de enfermedades infecciosas, genéticas, cancerosas, etc.

En Estados Unidos la Osteopatía es una rama especializada de los estudios universitarios de Medicina y Cirugía (D.O.), mientras que en la Unión Europea donde su identidad también está reconocida y regulada, es una formación universitaria independiente.


Los primeros motivos de consulta fueron, como parece indicar el término Osteopatía, relacionados con dolencias o lesiones del sistema músculo-esquelético. Sin embargo, la Osteopatía no se ciñe sólo a ese ámbito, y a día de hoy es tan habitual que en consulta se traten disfunciones o trastornos de ámbito digestivo, ginecológico o nervioso (migrañas, vértigos…), como lesiones discales y musculares o dolores de columna por ejemplo.

Dentro de ese marco terapéutico existe una intención más personal de favorecer la comprensión por parte del paciente del proceso que le ha conducido hasta ese dolor o enfermedad. Cuando nos ayudan a curarnos, nos vemos aliviados. Cuando además se nos ayuda a entender como enfermamos, nos volvemos verdaderamente más sanos.

Juan Yubero Romero, D.O.
  • Titulado en Osteopatía (Escuela Internacional de Osteopatía de Bilbao). Miembro de la Sociedad Europea de Medicina Osteopática.
  • Titulado en Fisioterapia (Universidad Europea de Madrid). Colegiado nº 4532 en el Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid.
  • Máster en Recuperación Funcional del Deportista de Alto Rendimiento (Universidad Europea de Madrid).
  • Terapeuta Cráneo-Sacral (Upledger Institute).
  • Registro Centro Sanitario de la Comunidad de Madrid nº CS8033

OSTEOPATÍA EN BEBÉS Y NIÑOS

A diferencia de otros países de la UE, en España no existe la costumbre de acudir con un niño o un recién nacido a una consulta de Osteopatía. Primero por la falta de regulación de la Osteopatía y de su cuerpo profesional en nuestro país, y segundo por el desconocimiento de los papás y mamás acerca de cómo puede ayudarse a sus hijos desde nuestra profesión.

Ya desde la vida intrauterina, pasando por el proceso del parto y durante los primeros años de vida, son muchos los factores, físicos, químicos o emocionales, que pueden alterar en nuestros pequeños la función de sus tejidos y el equilibrio de su sistema nervioso, comprometiendo no sólo su salud, sino también su desarrollo y aprendizaje.

Las primeras consultas con pacientes de corta edad pero de enorme fuerza y corazón surgieron como resultado del interés de los pacientes acerca de la posibilidad de obtener en sus hijos los mismos beneficios que ellos habían logrado en consulta. Con el tiempo fueron siendo más los casos hasta el día de hoy donde las consultas de niños y recién nacidos son entorno al 40% de la consulta habitual.


El trabajo con ellos siempre es mediante un contacto suave y sutil, donde priman la sensibilidad y la paciencia para conseguir devolver a los tejidos a su estado adecuado. Ante ese tipo de contacto, los bebés y niños son un perfecto reflejo de cuanto ocurre dentro de ellos y a su alrededor. Ayudándoles a ellos y favoreciendo el contacto con su entorno, muestran una gran capacidad natural de recuperar fácilmente el equilibrio perdido.

Los motivos por los que se consulta para un niño o recién nacido son también muy variados:

  • Trastornos digestivos (cólicos, estreñimiento, reflujo…).
  • Trastornos del Sistema Nervioso (alteraciones del sueño, nerviosismo e irritabilidad, dificultades en el aprendizaje, cefaleas…).
  • Trastornos respiratorios (bronquiolitis, asma…).
  • Alteraciones del sueño
  • Trastornos del crecimiento (asimetrías, alteraciones de la pisada, escoliosis, alteraciones de la oclusión…).
  • Trastornos del Sistema Inmune (dermatitis, catarros frecuentes…).

Mención aparte merecen las alteraciones de la morfología y del desarrollo del Cráneo, fenómeno al que en la actualidad empieza a prestársele mayor atención. Sabemos que el cráneo de los bebés está preparado para soportar en cierta medida las influencias y fuerzas externas, resolviéndose por sí mismas algunas de las alteraciones sufridas. Sin embargo, muchas veces no es así debido a que se han superado los niveles de tolerancia de los tejidos o a que las circunstancias del parto o de la cesárea han sido especialmente adversas y traumáticas.

Varios estudios médicos estiman que casi la mitad de los recién nacidos presentan algún tipo de deformidad craneal, muchas veces sólo perceptible a la palpación. Dentro de esos casos, un 18% se asocia a la aparición de dificultades en el desarrollo psicomotor y del aprendizaje.

Estas circunstancias se vuelven especialmente sensibles en el caso de prematuros, donde si cabe es aún más necesaria la atención temprana de un profesional experimentado, a fin de corregir también las alteraciones ocasionadas por la necesaria estancia en las UCI neonatales (Escafocefalia, ruido ambiental…).

Juan Yubero, D.O.

Contacto

Contacto

El centro

  • Dirección: Paseo de la Infanta Isabel -3, Pl. Baja
    28014, Madrid
  • Cita previa en el teléfono: 657 87 29 36